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lunes, 25 de abril de 2011

Un territorio desconocido







Nuestra segunda entrada -basada en las crónicas del Doctor Daniel González, Medico Veterinario- nos muestra la importancia de la Antártica en términos culturales y económicos. Además nos introduce a la maravillosa experiencia vivida por un grupo de científicos que viajaron al continente polar como parte de la iniciativa de la INACH llamada Programa Científico Antártico Nacional (Procien).


¿Antártica o Antártida?
por Daniel González Acuña 

El continente blanco, descubierto el año 1603 por Gabriel de Castilla, con sus 14 millones de kilómetros cuadrados, es el cuarto continente en tamaño y representa un décimo de toda la superficie de la tierra. El abundante hielo ahí existente cubre el 99 % de la superficie total de la Antártica. En invierno dobla su tamaño ya que todo su mar adyacente se congela. La Antártica a diferencia de su opuesto el Ártico, es una formación rocosa sobre la cual descansa el manto de hielo natural más grande del mundo, teniendo como promedio 2.000 metros de espesor. 

El Ártico por el contrario, es agua salada que se congela por la baja temperatura, lo que permite la existencia de vida superior y población autóctona representada por los lapones y esquimales. 

En Antártica su aislamiento y falta absoluta de vida al interior la convierten en la tierra más inhóspita del mundo. La Antártica es la región de mayor acumulación de hielo en la Tierra, con unos 30 millones de kilómetros cúbicos, constituye el 90 % de todo el hielo en el planeta y el 70 % del total de las reservas de agua dulce.

Diversos estudios indican que de fundirse toda esa masa de hielo podría conducir a un aumento general de 70 metros de los océanos del mundo. El continente helado tiene forma de coma, y la zona delgada de esta coma, llamada península antártica, es un archipiélago que se prolonga más de 1.200 kilómetros al norte en dirección a Tierra del Fuego. El paisaje de la península es más variado en esta zona, ya que es adornado por cadenas montañosas y fiordos ocupados por lenguas de glaciares, una costa irregular, playas y puertos naturales, todo hace que esta sea la principal zona turística de este continente.

Cada vez que escucho hablar sobre este continente, es mencionada como Antártica o también como Antártida y así mismo cuando la menciono, mi subconsciente queda en duda si será o no la palabra correcta. He preguntado sobre esta interrogante a distintas personas y las respuestas han sido disímiles. Marcelo Leppe, jefe científico del INACH, me dejó bien convencido. Me dijo que Antártica proviene de la palabra contraria de Arctus (Antarctus) y Arctus proviene del griego ανταρκτικως “antarktikos”, que significa “oso”, lo que se interpretaría como tierra de osos, sin embargo, los fenicios, que le dieron el nombre originalmente a las tierras árticas, nunca conocieron los osos polares, y el nombre se refería más bien a las tierras bajo la constelación de la osa. Antártica sería la más próxima castellanización de antarctus, sin embargo hay países que han decidido otorgar una palabra oficial y Argentina, por ejemplo ha decidido llamarla Antártida y Chile Antártica.

Los cartógrafos y geógrafos prefieren denominarla Antártida. Una definición descrita por Sánchez en el 2007 en su libro llamado “Antártida, introducción a un continente remoto”, aclara que es un término que se aplica a todas las tierras emergidas al sur de los 60°S, mientras que Antártico es un concepto que incluye no sólo a las tierras emergidas, sino también a las regiones marítimas, cuyo límite externo se encuentra en la “Convergencia Antártica”, línea circumpolar de encuentro entre las aguas polares, de menor temperatura y mayor densidad, y las aguas menos densas y más templadas de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico. La Convergencia (también llamada “Zona del Frente Polar”) no es un límite fijo, sino que varía según la estación y la longitud considerada, y suele situarse, en promedio, en torno a los 58° S. Se trata de un concepto biogeográfico, que señala un límite abrupto en la composición del plancton y las aves marinas a un lado y otro de la Convergencia.

A pesar de la riqueza que representaría la explotación del territorio blanco, hay un escaso uso comercial. Existen importantes yacimientos minerales (uranio, oro, carbón, cobre, hidrocarburos), pero por un lado la extracción no resulta muy rentable y, además, haysuscrito un acuerdo internacional de no extracción de minerales de la Antártica durante 50 años (Tratado Antártico, 1959). Ayer en un vuelo tranquilo de dos horas, finalmente pudimos salir de Punta Arenas, hubo una ventana de buen tiempo y rápidamente nos embarcamos y logramos aterrizar en el aeródromo de Villa las Estrellas, en la Isla Rey Jorge. La emoción me embargó, el frío calaba los huesos, estábamos rodeados de masas gigantescas de hielo, viento frío y pingüinos, muchos pingüinos que felices muestran como la adaptación los ha moldeado a estos climas y ambientes, los que afortunadamente el humano a penas soporta.

lunes, 18 de abril de 2011

Antártica, la importancia que se merece




Hoy se realiza una inédita sesión del Comité de Política Antártica en la ciudad de Puerto Williams. En él se darán cita cuatro ministros (Relaciones Exteriores, Defensa, Hacienda y Medio Ambiente) que por primera vez se reúnen fuera de Santiago para definir las estrategias públicas para los próximos 4 años.

El impacto e importancia de esta reunión -donde se reunen connotados actores del sector público, privado y académicos- es una oportunidad única de promocionar a la Patagonia y el territorio Antártico chileno.

En Creapatagonia quisimos coincidir con esta importante fecha y comenzar a publicar las crónicas de viajes escritas por el Doctor Daniel González Acuña -Médico Veterinario de la Universidad de Concepción- quien, junto a científicos de todo el mundo, viajó al continente helado para llevar a cabo sus investigaciones en los más variados temas.

Esta serie de relatos tienen un valor incalculable para la promoción de destinos remotos en Chile y trasladan al lector por un viaje a través de los hermosos parajes del fin del mundo.

Agradecemos esta colaboración a Daniel y esperamos que sean del gusto de quienes siguen el espíritu viajero de Creapatagonia.

Investigación en la Antártica
por Daniel González Acuña.

Estamos en Punta Arenas en dependencias del Instituto Antártico Chileno (INACH) en espera de buen tiempo para volar a la Antártica. Ayer no volamos por el corte de caminos ocurrido por el paro contra el alza del precio del gas, un bien muy preciado en estas tierras. Tuvimos recientemente las charlas de instrucción para los 117 investigadores que iremos en esta ocasión a realizar investigación al continente blanco, un tercio de ellos extranjeros, principalmente de España, Francia, Alemania y Japón.
Las charlas han sido una especie de rayado de cancha, los derechos y beneficios, así como las limitaciones en el continente helado, todas reglas que pretenden provocar el mínimo impacto sobre este aun prístino ambiente. Hablamos sobre el restringido uso del agua, sobre el manejo de desperdicios, la prohibición de extraer todo tipo de muestra, de no escapar de los senderos y no ocasionar disturbios sobre la fauna, todas reglas incluidas en distintos tratados, el tratado Antártico, el protocolo de Madrid, entre otros.
Actualmente, se encuentran en ejecución 52 proyectos realizando investigación en territorio antártico, la mayoría de ellos (37) financiados por INACH, institución dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Más de la mitad de los proyectos cuenta con colaboración internacional, lo que permite una mayor integración de las ciencias.
El año 2010, hubo record de postulaciones al concurso INACH, 44 propuestas fueron exhaustivamente seleccionadas por 76 científicos de 20 países (26 % de ellos chilenos). Sólo 8 de estas ideas fueron respaldadas, una de estas, nuestro proyecto que pretende evaluar los efectos de los cambios ambientales sobre las diferentes enfermedades de tres de las especies más emblemáticas de pingüinos antárticos.
La presente expedición constituye la expedición científica numero 47 comandada por INACH y este año costará en su totalidad 1.324 millones de pesos, lo que la hace ser la más importante expedición científica en los 47 años de investigación polar. Es una buena forma de que Chile celebre los 100 años de la llegada de Amudsen al polo sur, el 14 de diciembre de 1911. Todos estos estudios se enmarcan en el Programa Nacional de Ciencia Antártica, que agrupa los proyectos en cuatro líneas de investigación. La primera estudia las relaciones entre Sudamérica y Antártica, persigue comprender como la influencia de Sudamérica sobre la Antártica evolucionó en el pasado, de esta forma se puede obtener información que permita entender el presente y predecir el futuro. La segunda línea, estudia el calentamiento global y la evolución del clima. Como el clima antártico modela el clima global, y así detectar el conflicto de la evolución del clima y el impacto del calentamiento sobre la Antártica. El tercer enfoque, trata sobre la abundancia y diversidad de los organismos antárticos. Se ha demostrado que los ecosistemas antárticos están cambiando con el derretimiento de grandes masas de hielo y este hecho ha dejado al descubierto que la diversidad antártica es mucho mayor de lo que se pensaba. Y por ultimo, una orientación sobre adaptaciones al medio antártico y sus biorecursos. El fuerte aislamiento de millones de años de la Antártica, ha producido adaptaciones únicas, por lo que los genes de los organismos antárticos son un tesoro invalorable. Seis de los proyectos, entre ellos el nuestro, recibirán apoyo para la ejecución de programas antárticos extranjeros, principalmente a través de buques, tales como el Polarsten (Alemania) y Las Palmas (España), y además el uso de las bases Gabriel de Castilla (España) y Arctowski (Polonia).Las labores de investigación se realizarán en el archipiélago Shetland del Sur, el extremo norte de la península Antártica, el mar de Wedell y la Bahía Paraíso, lo que permitirá realizar trabajos de muestreo en más de 20 áreas distintas. Las plataformas logísticas serán las bases chilenas “Arturo Prat” de la Armada, “Gabriel González Videla” y “Eduardo Frei Montalva” de la Fuerza Aérea, y la Base “Bernardo O ́Higgins” del Ejercito, además de la base “Profesor Julio Escudero” de INACH, que es donde presumiblemente, si el tiempo lo permite, volaremos el día de hoy.




jueves, 14 de abril de 2011

Crónicas de Viajes

Viajar es una de las cualidades que caracterizan al ser humano. Desde que el primer homínido decide romper con la monotonía de su entorno y convertirse en un nómade viajero, podría considerarse como el punto que marca la diferencia clave que nos convierte en homo sapiens.
Incluso la etimología de la palabra viajar o travel -en inglés- nos dice mucho de cuál es el verdadero significado del acto de ir más allá de la frontera de nuestro conocimiento. En el español, la palabra viajar hace referencia al concepto latín de viático; es decir el costo que tiene moverse de un lugar a otro cualquiera sea el medio que se elija.
Y en el inglés travel también podemos ver que la palabra tiene una particular y curiosa etimología. Asociada a la tortura, aquí se pone de manifiesto que el concepto de viajar no era ni es una tarea fácil. Parafraseando a Yvon Chouinard -fundador de la marca de indumentaria Patagonia- una aventura no es tal hasta que algo sale mal.
Entonces podríamos resumir que Viajar es costoso y difícil a la vez, pero sin embargo se trata de un impulso que siempre nos lleva más allá de lo humanamente posible. Este año recordamos ejemplos maravillosos de estas odiseas. Por un lado a Yuri Gagarin, el cosmonauta ruso que el 12 de abril de 1961 -hace 50 años- se convirtió en el primer hombre en llegar al espacio. Y por otra parte a Roald Amundsen, un expedicionario noruego que el 14 de diciembre de 1911, alcanzó el Polo sur en la Latitud 90º00' con su equipo de seis hombres y 16 perros.

En las próximas semanas daremos cuenta de una serie de crónicas de viajes escritas por el Doctor en Medicina Veterinaria e incansable viajero, Daniel González Acuña.
Daniel estudio Veterinaria en la Universidad de Concepción para luego especializarse en la Universidad alemana de Hannover, donde obtuvo su doctorado el año 1997. Luego de cuatro años en Alemania donde estudió y trabajo arduamente al cuidado de ancianos en un hogar, decidió junto a su compañero de viajes y hermano mayor realizar el viaje de sus vidas. Recorrer durante 500 días y con solo 4 mil dólares gran parte de Asía y África. Esta travesía personal lo llevó por inusitados parajes y muchas experiencias, entre las que podemos contar un viaje en tren por el Transiberiano desde Moscú a Pekín y desde ahí en bicicleta por numerosos íconos tales como El Tibet, Lassa, Katmandú, Bombay, Baranasi, Calcuta, varias islas en Tailandia, su capital Bangkok, Kualalumpur en Malasia e indonesia entre otros.

En esta oportunidad, Daniel compartió con Creapatagonia las crónicas escritas durante su expedición científica a la Antártica, que con el apoyo del INACH (Instituto Antártico Chileno) lo llevó a realizar una investigación que contempla el estudio de parásitos como vectores de virus, bacterias y protozoos patógenos para pingüinos de ambientes antárticos.

Aquí seremos testigos de un valioso testimonio en primera persona de una expedición al continente helado y un invaluable material para apreciar las vicisitudes de un ambiente inhóspito al fin del mundo.